jueves, 13 de octubre de 2011

Capitulo 1

-     Amor a primera vista -

Desperté abruptamente tenía el pulso acelerado y no podía respirar, me senté en mi cama y trate de tomar aire con mucho trabajo.

Esto pasaba cada noche, había tenido otra terrible pesadilla, siempre era la misma y terminaba conmigo y un ataque de pánico en medio de la madrugada. Cuando logre tranquilizarme me recosté en la cabecera y me deje resbalar hasta quedar debajo de mis sabanas otra vez, cerré mis ojos pero me fue imposible conciliar el sueño en las siguientes horas.

Volví a despertar de improvisto pero esta vez era el despertador, ya era hora de irme a mi primer día en la universidad. Me levante de la cama con gran dificultad, parecía que me hubieran golpeado fuertemente, me sentía tan cansada, entre al baño, me mire en el espejo, tenía un aspecto terrible, tenia ojeras en las ojeras, estaba mucho mas blanca de lo que normalmente era, parecía un fantasma, mis grandes ojos color gris resaltaban mas con esta nueva palidez que había adquirido gracias a la falta de sueño, el color negro de mi cabello en rizos estaba todo alborotado y en general  tenía un aspecto de espanto, tome un poco de agua entre mis manos y moje mi cara, me di un baño como de veinte minutos, me encantaba esa sensación , el agua tibia relajaba mis músculos maltratados.

Salí del agua chasqueando los dientes del frio, me cambie normal con unos jeans y una blusa azul cielo, esta hacia resaltar mis ojos me encantaba. En un par de minutos estaba lista.

– ¡El desayuno está listo baja cariño! – escuche decir a papá desde la parte baja de las escaleras.

Baje los escalones de dos en dos, mi padre había mejorado mucho respecto a la comida desde que mi madre murió. Él la había pasado muy mal, yo aun estaba muy pequeña pero por alguna razón recuerdo perfectamente su rostro, su sonrisa y hasta su mirada, me gustaba pensar  que era igual a mí porque la recordaba tan hermosa y con la facilidad para tranquilizarme. Siempre que estaba triste recordaba su dulce voz apaciguando mis dolores, me hacía sentir mejor, sonreí frente a mis recuerdos, termine de desayunar rápidamente y salí a la universidad.

Estaba un poco nerviosa era mi primer día, casi nunca me sentía nerviosa pero tenía el presentimiento de que este año mi vida iba a cambiar mucho y eso no era nada bueno…

Desterré ese pensamiento de mi mente no quería seguir pensando en eso, el tiempo se me paso tan rápido en medio de mis débiles pensamientos, que ya estaba enfrente de la universidad, me baje del auto torpemente y en segundos ya estaba en la puerta era realmente enorme y hermosa ocupaba una manzana y tenía una arquitectura moderna preciosa, entre a la cafetería ya que era lo primero que se encontraba, habían demasiadas personas amontonadas hablando, jugando, estudiando, era un mundo completo de actividades, agradecí que nadie se fijara en mi, si ya estando sola era un desastre a la mirada de todos excedía mis expectativas, de pronto apareció una mujer con una pila de papeles acomodados perfectamente en su mano derecha, me miró de pies a cabeza y me dio como 20 hojas.

 –Tienes que llenar el formulario si quieres entrar, cuando termines le entregas las hojas correspondientes de cada materia al profesor, en la hoja también tienes los horarios de las clases y… – No  paro ni un segundo de hablar después de horario de clases no entendí nada mas, hablaba de una forma soberbia por eso decidí dejar de escucharla, solo me limite a asentir, no tenía la menor idea de donde quedaba mi salón pero no quería preguntar tampoco, camine por varios minutos hasta que por fin encontré el salón 123.

  Profe perdón por el retraso es que…

- Siéntate  y dame tu formulario – me interrumpió, definitivamente debía aprender a callarme, le entregue el formulario y me senté, un chico de tez blanca del cual no podía distinguir su estatura ya que estaba sentado, tenía unos ojos grandes celestes, con el cabello liso y negro simplemente hermoso, tenía una belleza singular  me miró fijamente.

- Hola – me dijo con voz un poco temblorosa, lo cual me sorprendió ya que su apariencia física era muy hermosa para ser tan tímido. Me pareció demasiado tierno, le sonreí para darle seguridad.

- Hola mi nombre es Stephanie – se sonrojo y bajo la mirada. Me dieron unas ganas inmensas de tomarlo entre mis brazos y abrazarlo, se veía tan ¿inocente?

- Si a los jóvenes no les interesa en lo absoluto lo que estoy diciendo se pueden ir no hay ningún problema – dijo  el profesor mirándonos de una forma amenazadora.

– Perdón profe yo la distraje es mi culpa – dijo este chico que hasta el momento no sabía su nombre… Me defendía y apenas me acaba de conocer, me cautivo.

- No profe también fue mi culpa y…

- Solo hagan silencio ¿pueden? – me interrumpió, este hombre me estaba empezando a caer mal.

– Eh… – dudó  por algunos segundos – podemos hablar después de clases, claro si quieres – susurro

- Me  parece perfecto – dije  

La clase siguió demasiado aburrida, yo no sé que reclamaba el profesor si al fin y al cabo no estaba hablando nada bueno como para prestarle mucha atención, me pareció hasta en momentos (grandes momentos) que era bipolar, tenía una personalidad amargada y sin vida, tanto que termino hablando de sus problemas personales, definitivamente ese hombre necesitaba ayuda. Al fin y al cabo término dándome lastima.

Cuando estaba a punto de tomarle la palabra e irme por el aburrimiento ¡Aleluya! termino la clase y si este era el primer día y ya me había vuelto loca, no quería imaginarme el resto de los semestres faltantes.

De pronto entro una mujer baja un poco encorvada y con poca gracia.

- Su próximo profesor no pudo venir por cuestiones personales así que son libres de marcharse ahora.

Gracias Dios fue lo único que pensé estaba que salía corriendo de ahí no podía soportar otras 3 horas más. Apenas la pequeña mujer estuvo fuera del salón, me levante y casi salgo corriendo, me alegró no ser la única pues no me pensaba detener pero tampoco quería pasar vergüenza, estando a mitad de camino hacia la cafetería se me acerco corriendo aquel tierno chico, el cual de pie se veía aun mas fabuloso, un gran cuerpo y una estatura perfecta.

– Perdón  por lo de la clase, entiendo si no quieres volver a hablarme y… – me  dijo en un tono un poco desilusionado.

– Espera  de que hablas, claro que no me molestaste es que estaba muy aburrida y por eso salí caminando tan rápido, no eres tu – le  interrumpí, vi como la ilusión le volvía a sus hermosos ojos celestes, supo atraparme.

– Entonces  ¿todavía sigue en pie lo de conocernos y hablar mejor después de clases? – había  olvidado por completo ese compromiso.

– Claro – dije  mientras esbozaba una sonrisa deslumbrante  o por lo menos eso intentaba parecer.

Estuvimos hablando por horas, de verdad era  una persona muy interesante cada vez me gustaba más. Entre risitas nerviosas y halagos vi la hora, ¡Era tardísimo!, papá debía de estarse muriendo, porque cuando se lo proponía podía llegar a ser muy histérico sin embargo yo lo entendía yo soy lo único que tiene en la vida.

– ¡Es  tardísimo! tengo que irme – exclame  un poco exaltada.

– Tranquila – dijo  el chico que hasta estas alturas sabía que se llamaba Dustin, le encantaba la música, componer, escribir y los deportes… Mientras corroboraba mi información con su reloj – sí que es tarde… Pero si quieres te puedo llevar a tu casa... Claro si quieres – dijo.

– ¡NO! – dije histérica pero me di cuenta de la forma en que lo había dicho y el ya me miraba apenado – O sea  no, porque no quiera me acompañes claro que quiero que me acompañes – dije en un tono algo seductor que fue inevitable trate de moderarlo – Es que mi padre debe estar histérico y el hecho de verme llegar con un chico lo va a enojar aun mas, tu sabes cómo son los padres.

– Está  bien tienes razón, solo hazme un favor – hizo  una pequeña pausa quizás estaba dudando lo siguiente que iba a decir – cuídate – dijo en un tono dulce. Le sonreí y hasta pude imaginarme el brillo que tenía en los ojos.

- Gracias.

Al llegar a casa tuve que aguantar alrededor de una hora de regaños continuos, cada vez que creía que se le había agotado todo lo que tenia para decirme, se acordaba de algo, al fin y al cabo debió de haber planeado eso por años nunca le había dado motivos para que me regañara de esa forma pero en esta ocasión si había un motivo y obviamente mi padre lo aprovecho.

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