Capitulo 4

_Una nueva decisión_

Una de las tantas mañanas desperté y mientras desayunaba fui consiente de aquel sobre que me había entregado aquella chica y que yo había dejado olvidado en la mesa. Lo tome entre mis manos y dentro de él encontré una hoja doblada en la que había escrito la canción de aquella noche dolorosa y al final había un párrafo que decía:

Sabes que todo el tiempo que estuvimos juntos estuvo lleno de amor, comprensión y alegría. No me arrepiento de nada de lo que paso entre nosotros porque vivimos momentos y experiencias hermosas, nunca imagine que algún día tuviera que decirte adiós porque pensaba esto era de esos amores que son para toda la vida y aunque tus palabras y tu decisiones me hirieron mucho quiero que sepas que aunque no las comprendo ni las comparto pues si las respeto aunque no te niego que siempre pensé que podíamos enfrentar esto juntos pero esa fue tu elección y sabes que yo siempre he hecho lo que te haga feliz y esta vez no sería la excepción.

Espero que la vida nos muestre caminos provechosos y que podamos alcanzar todo lo que nos propongamos, yo nunca te olvidare y siempre estarás en mi corazón como una de las mujeres más importantes de mi vida como lo son Alice y mi madre.

Gracias por tu tiempo, por tu cariño y por tu amor mientras duro. Perdóname si en algún momento te hice daño, sabes que nunca fue mi intensión.

Vi que la canción no fue de tu agrado pero aun así no la hice para molestarte solo para decirte cosas que ese día no pude expresar.

No me alargo más y me despido. Éxitos Isabella Swan y solo sigue tu camino.

Con cariño…

                                                                                   Edward Cullen

¡Seguir otro camino! En mi caso no era tan fácil, yo no tenía más vida que no fuera él y mientras no estuviera en ella yo no tenía nada. Para él todo era más sencillo solo tenía que sumergirse en su nueva vida y todo pasaría más rápido pero no podía criticarlo esa había sido mi elección y tenía que enfrentarla de una forma valiente y responsable.

Yo nuevamente tenía que tomar una decisión porque no podía seguir en esta vida tan miserable si es que se le puede llamar vida. Esta vez tendría que decidir qué hacer con mi camino, que haría conmigo misma. Primero que todo cambiar de estilo de vida porque definitivamente era una antisocial al no tener amigos ni conocidos. No me relacionaba con nadie. Segundo necesitaba ocupar mi tiempo en algo fuera trabajando o estudiando pero tenía que mantenerme ocupada al máximo sin tiempo en el que pensar y llorar y tercero no podía hacer esto sola tendría que recurrir a las únicas personas que conocía… Mis padres, Renée y Charlie.

Siempre he tenido una excelente relacion con ellos a pesar de mi decisión de fugarme con Edward lejos de ellos, aunque no vivía con él exactamente porque vivíamos en apartamentos separados mis padres no lo veían de buena manera que “viviéramos juntos” sin ser una pareja. Aun así ellos respetaban mis decisiones y pues me apoyaban no solo en ese aspecto sino también en el económico. Ellos pagaban el alquiler del apartamento, mi alimentación y mis gastos personales, no eran personas millonarias pero por ser hija única y mantener unos buenos empleos yo podía gozar de todos estos lujos. Pero esta vez sería diferente porque no solo trataría de dejar de ser una antisocial sino que también acabaría con mi vida de dependencia de mis padres… ¡Dios mío últimamente me mantenía al borde de decisión tras decisión!...

Marque a casa de mis padres.

- ¿Hola? – dijo mi madre

- Mamá como estas – dije entusiasmada al escuchar su voz

- Bella hija que alegría escucharte – dijo mi madre feliz.

- Bien mamá… y ¿Tu y papá? – pregunte

- Bien hija gracias a Dios, todo bajo control y entre lo normal. Tu padre ahora mismo está en su trabajo.

- Me alegro mamá – dije – Mamá quiero darte una noticia que estoy segura que te va a encantar.

- ¡Isabella Swan no me digas que te vas a casar con Edward! – dijo mi madre con un tono de preocupación.

- No mamá – dije tratando de evitar el tema “Edward” – Quiero ir por unos dias a casa.

- ¿Quieres venir a casa? – Dijo mi madre sorprendida - ¿Y qué va a pasar con Edward, viene contigo?

Sabía que no lo podría evitar y mucho menos con mi mamá. –No mamá Edward y yo ya no estamos juntos yo solo quiero ir a casa para estar con ustedes y conversar sobre algunos planes que tengo para mi vida.

- Bueno hija entonces hablare con tu padre para enviarte el dinero lo más pronto posible para tenerte en casa – dijo mi madre.

- Gracias mamá – suspire.

- En cuanto te enviemos el dinero te llamo para informarte – aseguro mi madre – Sabes que cuentas con nosotros hija.

- Lo sé mamá, hablamos después vale.

- Cuídate Bella y papá estará feliz de que vuelvas a casa.

- Cierto yo también lo estoy, hablamos mamá.

- Adiós princesa.

Estaba que aborrecía esa palabra de “Adiós” ahora todos la pronunciaban.

Después de colgar el teléfono me quede pensando en lo que haría de ahora en adelante. Había decidido comenzar a estudiar aprovechando el apoyo incondicional de mis padres y mientras estudiaba podía conseguir un trabajo para aminorar los gastos extras que le iba a causar a  mis padres. Papá tenía un buen empleo y ganaba bien y pues mamá no se quedaba atrás ella se dedicaba mucho a la organización de eventos junto con Esmee la madre de Edward. Teníamos una casa propia y una hija o sea yo que no derrochaba el dinero pero definitivamente si era un gasto al que ahora había que sumarle mi repentino viaje y mis estudios los cuales no habían continuado por la llamada “Rebeldía juvenil”.

Hasta hora tenía un buen plan con eso de los estudios y el trabajo. Lo que no había decidido era que se suponía que iba a estudiar, que por cierto tenía que ser algo que de verdad me gustara porque de lo contrario no solo no me mantendría ocupada sino que también le causaría un daño a la economía de mis padres.

Yo nunca había sido una persona que se preocupara mucho por su manera de vestir. Solo me gustaba sentirme cómoda y fresca, muy mi estilo pero si me molestaba muchísimo o más bien me incomodaba ver a alguien mal arreglado y con prendas que no les convenía para nada y los hacia ver a mi concepto desagradables pero nunca antes le había dado mayor importancia porque ocupaba todos mis pensamientos solo en una persona que por cierto siempre estaba bien vestido de manera informal pero elegante. Deseche ese pensamiento antes de que comenzaran a formarse las lágrimas en mis ojos y el dolor en mi corazón.

Pensé y pensé por varias horas a cerca de lo que estudiaría y por fin me di cuenta que la respuesta la tenía ante mis ojos. Si lo que me gustaba y me interesaba era aconsejar a las personas en su estilo de vestir pues obviamente lo que tenía que estudiar era diseño de modas así al conocer sobre el tema podía brindar ese asesoramiento de imagen y quizás hasta darle un cambio a mí estilo también. Ser una nueva Isabella Swan, no solo por dentro sino también por fuera.