lunes, 2 de mayo de 2011

_ ¡Aquel piano!... ¡Mi despertar!_

_ ¡La chica, el piano y esa sensación!_ 

El día que establecimos para encontrarnos y comenzar a trabajar en los diseños de nuestro súper lugar, pintaba ser el más largo. Llegamos y en el jardín principal había un grupo de chicos con el que pensé debía ser su profesor. Ellos saltaban, gritaban, se miraban y hacían caras extrañas mientras su profesor los observaba y corregía sus movimientos, de repente y sin saber de dónde, una chica que no había visto se detuvo a mi lado y dijo.

-      Son estudiantes de arte dramático, actuación de una forma menos “Dramática”- sonrió de una forma maliciosa y se quedó en silencio esperando mi reacción.

Yo solo sonreí amablemente y me disculpe ya que tenía que marcharme. Esta chica me sorprendió y al mismo tiempo me hizo sentirme algo incomoda. Después de encontrar a mis compañeros me acomodé, saqué mi tabla de dibujo, mi lápiz, mis escuadras y comencé con mi tarea, dibujar la parte frontal del edificio. No me tomo mucho tiempo ya que lo único que quería era terminar y salir lo antes posible de este lugar. Solo me quedaba dibujar la parte interior así que me levante y me disculpe con mis compañeros explicándoles que me dirigía a pintar mi otra parte del trabajo.

Cuando llegue me acomode y nuevamente comencé a dibujar. En un momento mientras daba los últimos toques al dibujo un sonido que provenía de un salón que se encontraba al fondo del lugar en el que me encontraba capto mi atención. Así que me levante y sin pensarlo me dirigí a aquel lugar. Al entrar un gran piano ocupaba la estancia y la chica que me había sorprendido no hacía mucho tocaba majestuosamente mientras unas chicas bailaban en las puntas de sus pies al otro lado del piano. Por primera vez después de mucho tiempo sentí algo encajo en mí y eso para ser sincera me asusto tanto que Salí casi corriendo de aquel lugar, cuando llegue a la entrada pensé que encontraría a mis compañeros pero al parecer ya se habían marchado. Sentía un fuerte mareo que me obligo a sentarme en el suelo y colocar mi cabeza entre mis piernas. ¿Qué era lo que me estaba pasando? ¿Por qué me sentía de esta manera? Mientras por mi mareada cabeza pasaban estas y otras preguntas sentí una mano cálida en mi hombro, levanté la cabeza y una mirada igual de cálida como la mano me sorprendió. Era la misma chica, la de la mañana, la del piano, ¡por Dios me estaba acosando!

-      Lo siento no quiero asustarte – me dijo y respiro profundamente – Sé cómo te sientes porque todos alguna vez pasamos por lo mismo –

-      Oye no quiero ser grosera pero… ¿Qué quieres darme algún testimonio o qué? Le respondí.

-      No – dijo ella – Yo solo quiero que sepas que me llamo Alice, toco el piano bueno más bien tomo clases de piano pero lo toco muy bien, vivo aquí cerca y lo más importante… ¡Quiero ser tu amiga! ¿Puedo?

¡Que chica más extraña!

-      Pues gracias por la presentación, mi nombre es…

-      Si lo sé. Te llamas Violeta y eres estudiante de tercer semestre de Arquitectura y estas aquí porque te asignaron mi escuela como tema para un trabajo. No te extrañes uno de tus compañeros mostro especial interés en mí y aproveche para obtener cierta información.

-      Dios, sí que eres extraña

-      Lo sé – sonrió Alice.

-      Sabes me tengo que ir. Fue un gusto conocerte Alice. El mareo ya se había calmado así que me levante y me dirigí hacia la salida.

-      Violeta – grito Alice – Aun no has respondido mi pregunta.

-      Ni siquiera he respondido las mías, pensé.

-      Claro, claro le respondí rápidamente y de la misma manera me marche de aquel lugar.

2 comentarios:

  1. que raro! y sobretodo esa alice!
    esto se torna interesante

    ResponderEliminar
  2. Si ella es bastante extraña pero es una gran chica, una amiga incondicional;)

    ResponderEliminar

Es importante saber lo que piensas... ¡Escribeme!