_ ¡Aquel piano!... ¡Mi despertar!_

_ ¡La melodía!_

En los dias siguientes estuve pensando en aquella chica, en como tocaba el piano y aún más en mi reacción al escuchar aquel melodía, casi y por un descuido que tuve mientras realizaba mi exposición termino hablando de todas esas sensaciones que experimente aquel día. A pesar de todo obtuvimos una buena calificación no solo en este trabajo sino también en el semestre. En todas las demás materias también tenía buenas calificaciones así que solo me quedaba prepararme para las vacaciones y las consecuencias de las de las mismas. Tenía un largo mes por delante y cero actividades que realizar en ese tiempo; lo malo de ser hija única, tener unos padres que viven solamente para su trabajo y ser una antisocial de primer grado. Nunca antes me había preocupado no tener amigas ni actividades distintas a mi Universidad pero en estos momentos me pesaba más que nunca.

Estaba sola en mi habitación y con aquella sensación incomoda que me recordaba que tenía que ir a  aquel lugar ya que allí había una parte de mí. Normalmente soy una persona que piensa luego actúa pero últimamente estaba perdiendo la cabeza, literalmente. Me levante, tome mi bolso, mi celular y mis llaves y Salí a enfrentarme con lo que fuera que estuviera aguardando por mí en ese lugar.

Cuando llegue me encontré con aquella extraña chica llamada Alice.

-      Sabía que regresarías, por más que tardaras hay algo en ti que te une a este lugar y a mi – sonrió.

-      Me gustaría saber que es – respondí pesadamente.

-      Vamos, creo que te conozco mejor que tú misma.

Alice me condujo hacia la habitación en donde la había visto tocar el piano aquel día.

-      He estado trabajando en una composición nueva pero no la he podido terminar creo que le hace falta un toque muy personal distinto al mío. Me entrego unas hojas en donde se agrupaban una cantidad de notas musicales y para mi sorpresa sentí que al verlas algo iba naciendo en mi corazón. Un sentimiento que se me hizo muy conocido.

-      Te mostrare como se escucha para que entiendas un poco de lo que estoy hablando. Al escuchar el primer sonido un sentimiento de paz inundo mi corazón y poco a poco fue creciendo a medida que los dedos de Alice bailaban sobre las teclas del piano…

La melodía era ligera y alegre pero de repente Alice de detuvo y me trajo de regreso al lugar en el que me encontraba.

-      Lo siento – se disculpó Alice – No he podido continuar. Creo que necesito un poco de ayuda.

-      No te preocupes creo que tengo una idea. 

Me sorprendieron mis propias palabras pero no intente pensar en eso. Alice se levantó de la pequeña silla que se encontraba delante del gran piano y me invito a sentarme. Al hacerlo coloque mis dedos sobre las teclas y sentí incrementarse aún más ese sentimiento de paz. Lo deje correr por cada rincón de mi cuerpo y al mismo tiempo recordaba la melodía. Cerré mis ojos y me deje llevar por completo.

Me sentía en el cielo, libre como una mariposa y tan liviana como una pluma. Una sensación indescriptible se apodero de todo mí ser. Nunca antes había hecho ni sentido esto pero era como si hubiera nacido para hacerlo. Cuando estudiaba en la escuela la música me gustaba, hasta había soñado con algún día poder tocar así fuera por una vez un piano como este. Pero todas esas ilusiones que darán en un baúl en cuanto entre a la Universidad y mi cabeza se inundó de términos como escuadras, escalas, mapas, lápices, compas, etc. Ahora era como una niña pequeña con un juguete nuevo, con una melodía que no quería terminar pero que tenía que hacerlo. Toque algunas notas para comenzar el final y poco a poco fui bajando hasta tocar suavemente las últimas pero dulces notas.

Al terminar me quede ahí congelada con los ojos cerrados intentando comprender lo que acababa de hacer. Alice hizo un sonido extraño que me recordó que ella se encontraba junto a mí y tuve que abrir los ojos.

-      Nunca pensé que supieras tocar, creí haberle escuchado a aquel chico que estudiabas Arquitectura.

-      Discúlpame – la mire apenada – No quise entrometerme en esta melodía. Es tuya y yo…

-      Y tú las has perfeccionada – me interrumpió Alice - ¡Es estupenda! –

-      Solo trate de continuar tus notas y agregarle otras.

-      Gracias… Sabía que regresarías por eso la compuse.

-      ¿Qué quieres decir con sabía que regresarías? Le pregunte sorprendida.

-      Pues… Alice me miro nerviosa. Cuando te conocí sentí un vínculo contigo y en cuanto te marchaste corrí hacia el piano y comencé a tocar esas notas que llegaron de la nada, con la intensión de poderlas tocar para ti algún día. Son como una bienvenida por eso son tan alegres y ligeras. Lo que nunca pensé fue que tú terminarías la canción.

Me quede atónita después de escuchar aquellas palabras.

-      ¿Violeta? Pregunto Alice ¿Nunca has pensado en tomar clases? Es más que obvio que la música la llevas en las venas además podrías perfeccionar los conocimientos que ya tienes.

-      Siendo sincera mis papas no estarían dispuestos a facilitarme el factor económico y yo no tengo como conseguirlo por mis propios medios además solo tengo un mes de vacaciones porque en cuanto regrese a la Universidad no voy a disponer de mucho tiempo para invertirle a esto.

-      Bueno chica entonces para mañana es tarde – dijo Alice y me tendió un pequeño pedazo de papel doblado. – Esta es mi dirección nos vemos mañana a las 10 de la mañana y comenzamos –

-      ¿Comenzamos qué? Pregunte.

-      Tus clases Violeta, no podemos perder más tiempo.

-      Pero… ¿Tú me vas a enseñar?

-      Claro, si tus padres no pueden, pues ¡Tu amiga Alice lo hará!

-      ¿Amiga? Pregunte aún más sorprendida pero divertida.

-      Ya Violeta deja de hacer tantas preguntas. ¿Mañana entonces?

-      Mmm… Pues… ¡CLARO! – respondí con una esperanza que comenzaba a abrirse camino en mi corazón.